
Esa tarde mi equipaje de 10 años se formo humo, me podía sentir en el aire. Me encontraba de espalda mirando como el cielo se encantaba al mirarme, mientras la inmensa cama de agua jugaba con lo material que no sentía, no necesito el cuerpo para derrumbar los alfiles y ahora mucho menos para ganar el partido.
Nadie estuvo ahí, fue un sueño y por momentos un sueño dentro de otro. despertar ya no lo haré. o puede que ya lo esté.
Colgué cristales en el gran techo, los cuales secaron mi piel y con suaves caricias pintaron mi cuerpo, los lunares fueron tapados y mis ojos renovados mi frente se inclino, y mis hombros bajaron de mi cuello, ahora entra todo el aire que mis pulmones pedían ahora los minutos que hacen que mis pupilas dilaten fueron diferentes, y el abrazo del viento fue permanente.
Limpio y honorado me presente ante las paginas blancas, donde mis piernas escriben nuevas y delicadas vidas. donde nuevos ojos proyectaran colores nuevos, el abrir los ojos toma mas sentido, los paisajes son de sepia al fin y el viento depara aterrizajes suaves, como los pañuelos blancos a la distancia que dejaron sonrisas y momentos, de seda vistieron mi cuerpo mientras el crepusculo confundia al cielo, mi firmesa se reflejo en los pasos firmes y amplios, ahora la ciudad me mira con otros ojos, lo importante es que me recuerda.