domingo, 23 de febrero de 2014

Como lápiz de crayón bajo el sol está el recuerdo de sus ojos los morochos...
Las alas me alejaron día a día
O lo alejaron a él - o él alejo sus alas 
O yo aleje las mías.
La muerte llego en grande con música  y carruajes antiguos, se despidió de la forma más cruel desatando el poder del silencio eterno, derrumbo el ya bordado corazón, manchó de putrefacta soledad el aire, delicado y tembloroso limpie mis asquerosos poros y me quedé nuevamente en los ojos del espejo hundido y perdido, te perdono por nuevamente enamorarte ¡te informo que te enamoraste imbécil! le grite tan fuerte que empañe el rostro completo. La enfermedad se sintió desde los huesos hasta la pestaña, pestaña que sacrifique para pedir un deseo para borrar lo que la luna no pudo.
El invierno, porque no mencionar el invierno si le debo tanto, explicaciones y disculpas, perdón para ti perdón para mí, para la luna y los astros por ser mencionados en la enfermedad, por la lluvia que se sintió extraña porque extrañó las lágrimas del invierno anterior, por no saber llegar...por no saber mostrar 

El Sur me abrazo tan rápido como llegué
Así tal cual, demolido y pordiosero, llené mis pulmones de potencia rescatada de la impotencia, de amor retirado del odio, de las sonrisas de ojerosas miradas, de colores de una película en blanco y negro.
De niño me dijeron que el sur tenía algo mágico, que sanaba las partículas de las heridas haciendo que sus propiedades deslumbren a tal punto de iluminar salones de bosques completos 
El remedio para sanar ya fue respirado...tan hondo que dolía al botarlo.
 Ahora espero que haga efecto, así como el sol que derrite suavemente un crayón…