miércoles, 13 de junio de 2012

Nos vamos pero nos quedamos

los cuatro calzados al barro, miradas con pupilas dilatadas por la luz amarilla de las calle en invierno, su mirada generalmente es cristalina y su atención es de las buenas, parte de su camino no conocía, podía imaginar como era en sus tierras. fue una de esas tardes que se quedan grabadas en los casilleros mentales, un recuerdo que vivimos tres, sus palabras las sentimos tan cerca que nuestras almas explotaron de emoción  los brazos solo querían estirarse para un abrazo cálido, pero eso era solo trabajo de nuestras almas, tres almas en un abrazo enorme de mucho extrañar, la conexión de la que siempre grito en las calles se demostró en su gran magnitud. dejan dos miradas perdidas en el recuerdo de su imagen, la que se recuerda, la que  voltea pensamientos, hoy es de esos días que miro a los cinco tripulantes de la vida que me sonríen y me hacen reír y pienso que cada día las luces opaca  lo oscuro que podría existir en mi cabeza.
podría imaginarla volando entre las nubes que quedan después de una tormenta. como en un mismo lugar nos juntamos los tres, bastaron pocos segundos para que nos sentáramos los tres en el frió suelo sin importar el barro bajo el columpio. 
tres almas, tres arboles, tres caminos y olores conectadas por sentimiento de color azul.


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