Y llegaron los elefantes nuevamente.
Ahora no se por que estoy aquí sentado pensando, mirando enojado a las hojas que antes provocaban sonrisas en mi rostro. Creí ser capaz de poder inflar el globo que nos llevaría al mas hermoso cielo, pero las ratas descocieron todo el trabajo, creí que las miradas decían otras palabras, creí que los caminos nadie los manipulaba, creí que los arboles me hablaban de otra cosa, creí que las luces indicaban señales, creí que la estrella que cayó en la noche de cerveza y maní salado significaba otra maldita señal, otro mensaje que hacia que riera por las calles como un loco, ahí esta el problema que CREÍ . Aprendido.
Dolerá la salida a otras tierras, recuerdo que me lo dijiste tu, si tu extraño de pelo largo, me lo dijo una noche, me advirtió de lo que hoy rodea mi campo, dolerá y que duela! calando hasta mis huesos, el extraño que rodeo mi cuerpo con las mas hermosas flores, las que no fueron regadas, las que me fueron molestando al secarse, aquel que me acostumbro a lo maravilloso que se siente, el que acaricio mi piel durante noches enteras, y como no acostumbrarme a tan hermoso sentir, sentido, años de miradas llenas de brillos, de mañanas en compañía.
Pero el aire de este tiempo es mas denso, mas opaco y ya las hojas no vuelan; permaneceré ahí sentado derramando tinta indeleble hasta que otro viento haga levantar mi frente, como siempre puede que hasta el cigarrillo se este dejando de lado, realidad confundida y bufones escupiendo mi espalda, mientras me alejo de lo esperable, la porfía de esperar,de seguir esperando, que camino por que lo aprendí cuando niño, por que me fortalecí en el silencio y aprendí a desnudarme ante la luna. Debí advertir que soy alma y no cuerpo, que vuelo como el viento entregado al roce, que mis ojos se iluminan con pequeños detalles que las pequeñas particulas son las que importan.
Y con los pasos firmes se pusieron frente a mi rostro demacrado, algo cochino, algo descuidado, mi ropa no existía y mi olor putrefacto, mis recuerdos que hacían mantener mis ojos cerrado, mis lágrimas que inundaron mi cama y el tambor de mi cuerpo rasgado, inservible, inviolable.
Los magos tomaron la orquesta y pulieron los instrumentos, ahora debo aprender a tocarlos bien, como una orquesta de Bellavista que alegra la vida. las vidas.
Y por mientras con los brazos abiertos abrazare el viento. (8) como se dejo estipulado. y mirare las estrellas para ver si estas.
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