domingo, 13 de julio de 2014

La sonrisa se impactaba de dolor, los latidos en mis labios se sentían, los ojos clavados en el cielo y mis dedos rascaban mis piernas a lo que mis bolsillos permitían, todos alegres menos uno...menos dos... menos tres... La música era una buena mezcla de luces y alcohol .

Su recuerdo latente, tan latente que hasta su olor estaba a un metro, a menos de un metro, tan cerca de lo que no era mio, tan cerca del tesoro que me hablaba entre ramas en sus tardes negras.
Tan silencioso como siempre, mientras la luna mantenía la atención en mi... tensión en mi.
Desafortunada o afortunada noche, aun no lo se, aun se ríen las estrellas de ese cielo...aun no se lo que los arboles andar gritando... por dos minutos dude en subir al auto , algo extraño el estomago avisaba... algo tan hermoso que lo extraño lo putrefactava.
Mas presente que en el ausente que pretendí dejarte para siempre, por que el corazón se cae a pedazos y sonrío al ver los trozos caer en la suelas bailarinas, el frío de esa noche congelo todo, me congelo todo, la garganta se olvido de la angustia y el cuerpo se olvidaba del sentir, la llamada nuevamente no fue contestada ... mas se clavaba la mirada a la curiosa que iluminaba ese puto espectáculo y esa hermosa casa entre cerros reafirmaba la dulce muerte.

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