Con verdes cristales y pelo de sol llego a barrer las hojas pateadas, la espera de la dulce muerte y los charcos que se formaron en silencio... miro donde nadie se atreve, invitándome a caer donde ya la armonía no existe, donde la fatiga supera la habitual paciencia, donde mis pies tiene prohibido pisar.
tomó mi mano y cantó libremente.
tomó mi mano y cantó libremente.
tomó mi mano y cantó libremente.
tomo su mano y silbo canciones
tomo su mano y silbo canciones
Un beso, Dos besos, Tres besos, libremente, libremente, libremente.
Vino y se encanto de las ruinas, miró fijo, sonrió, cantó y alegro mi alma, la que temerosa se presenta ante sus ojos, la que pide perdón por estar destruida, la que coqueta pide aliviar los tormentos, los recuerdo, los olores, los dolores.
Culpable es por osado, por desafiar todo en mis tierras, regando y humedeciendo, sacando el polvo de las guerras, mientras yo expectante miro como florece todo y sigo con fascinación el espectáculo que me lleva por los días sonriendo, soñando, cantando, disfrutando. No explicar nada donde se entiende todo, donde entendemos todo.
Me miro fijo, tan fijo que podría perderme en el girasol que impregnado tiene detrás de sus lentes, esos que ni él se da cuenta que posee...llegó donde perdí mis ojos y rescato el frágil cuerpo...
No tiene que explicar nada donde se entiende todo, la verdad no se puede gritar, eso podría hacer estallar esta hermosa burbuja, esa hermosa verdad que mis ojos cristalizan, esa que el estomago no permite, pero al resistirme fracaso y la sonrisa se me sale, y los ojos que recuperan el brillo y el estomago que de capullos se llena y rebalsa...y el viento toma protagonismo, es invierno que se mezclo con mar que me hace bailar, que nos hace bailar.
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